No hace mucho escribía este estado en facebook:
Cuando el camino se bifurca y el viaje se confunde por senderos no previstos, cuando te pierdes casi a sabiendas, consciente de que siempre juegas a eso, a pérdida, y lo que encuentras en ese deambular es un bosque de brazos abiertos que te mece entre sus hojas, acaricia tus heridas y susurra palabras de aliento sobre tus labios agrietados: entonces sabes que has llegado a un lugar en el que quieres quedarte, sabes que te puedes tumbar sin temor a las alimañas, ni a los sueños, y sabes que el olvido ya no es una amenaza.
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