O somos todos
O nada somos
En los tiempos oscuros
sólo nos salva la primera persona del plural
Tú eres.
Nosotros al otro lado del espejo
ESCLAVXS
No hace mucho leí dos de esas citas que te abren los ojos y que me apresuro a memorizar olvidando incluso quién la pronunció:
“Quien sacrifica su libertad por un poco de seguridad transitoria, no se merece ni la libertad ni la seguridad”
y
“El ciudadano que no puede optar por cambiar de vida ha perdido su condición de ciudadano libre: es un esclavo”
Yo, como tantxs ciudadanxs del mundo, me encuentro precisamente en estas dos tesituras: Imposible ir a las manifestaciones y acampadas porque no tendría dinero para comer hoy, porque me embargarían el piso de mis suegros la semana próxima y quizás a la siguiente iría a dar con mis huesos en la cárcel. No puedo cambiar de vida porque no tengo opciones, no existen... En mis ratos libres, me paso, pregunto si se necesita algo, doy ánimos, acompaño.
La sociedad actual ha fagocitado al ciudadanx y lx ha convertido en esclavx y en esas circunstancias es entendible que cueste llamar a la acción, movilizar. Los que creen ser libres viven una falacia alimentada cada hora desde los medios de comunicación masiva, la anestesia colectiva de una educación depauperada y la imperiosa necesidad de dar de comer a sus polluelos.
Llega hasta tal punto esta pantomima de democracia en la que nos desarrollamos como individuos aislados cada mañana que cuestionamos nuestro propio derecho a protestar, nuestro derecho a reflexionar colectivamente sobre la sociedad que es nuestra puesto que somos PUEBLO, a decidir que quienes gobiernan el país porque delegamos nuestra capacidad de hacerlo por nosotrxs mismxs en ellxs no nos sirven ya, cuestionamos nuestra libertad y anulamos nuestra condición de ciudadanos.
Es el momento de dirigir nuestros mensajes a la gente feliz, demostrarles su falta de libertad, que aquello que con sangre y lágrimas obtuvieron sus antepasadxs, ha sido devorado por el sistema, desmontar uno por uno sus argumentos, dictados como consignas del odio desde los medios de comunicación, repetidos por los tertulianos, multiplicados por las cámaras. Y sólo la fuerza de la razón, de la coherencia, de la permanencia y la insistencia, contrarrestando ese mensaje unívoco lanzado por los amos del mundo, la sociedad de consumo, sólo esa fuerza es la que debemos hacer valer y la fórmula de las acampadas, de la revolución permanente, una revolución que parte de la asamblea y la plaza pública, del DIÁLOGO, del DÍ ALGO, me parece la fórmula correcta y legítima de hacerlo.
Debemos recuperar el sentido común literalmente: ese séptimo sentido que es común, que es colectivo, que es de todos...
Debemos recuperar la PALABRA, la POESÍA, y lanzarla a las plazas, y permanecer en ellas... Es nuestro deber como mujeres, hombre, ciudadanos libres.
POE-MANIFIESTO
I
Avergonzaos
No levantéis orgullosos la cabeza laureada de fracaso
Nada hay aquí.
Nada queda entre las manos sucias que rompieron la línea de tus pupilas
Huele.
Aspira el incienso corrupto de los días perdidos por el hombre
Hunde la barbilla en el barro de los muertos.
La culpa hundirá su hacha en los cráneos de los despechados por la gloria
II
Friego los cacharros
Atisbo la vida de los otros a través de mi ventana, siempre sucia
El moho crece en la pila pretenciosa
No veo. No pienso. No siento.
Nadie lo hace ya.
¿Por qué habría yo de variar la rutina de estos tiempos?
¿Porque quedas tú?
Pero tu voz es débil
Ya no quedan altavoces en las esquinas de los pueblos de España
¿Cuántos somos? ¿Qué podemos?
¿Sumar voces?
Sí sumarlas ¿Y luego?
¿Estamparlas contra el muro prohibido?
¿Y romperlo?
Culpa. Desesperanza. Miedo
¿Miedo?
Hablo. Diálogo. Di algo.
Dí.
¡Somos un trillón de voces cansadas que se estampan,
por inercia colisionan y de(con)struyen el mundo,
comiéndoselo de dentro afuera!
III
La miseria del poeta
es que sólo le oyen
los que están dispuestos a escucharle
Al poeta, hoy, se le desprecia.
La poesía ya no se canta en las calles
Ya no eriza el vello de las mujeres hermosas y los hombres bravos
de los hombres hermosos y las mujeres bravas
De ellas. De ellos
(Éste es un poema políticamente correcto:
no podía ser de otra forma)
A la poesía nos la usurparon las salitas
allá por los 60
Sólo sirve para vender coches:
envía POEMA al 5555
IV
Y: PROPUESTA DE ACCIÓN
¿Qué?
V
La poesía hay que cantarla en las fiestas de barrio.
Conspirar con los músicos de charanga y pandereta
y tomar los escenarios de verbena
Hay que colarla, sin avisar, en
los casales de todas las fallas, de todas las collas.
Interrumpir con ella, subrepticiamente,
la emisión del Barça- Real Madrid.
Huyamos de los ateneos, los círculos literarios,
las librerías, los bares culturales.
Pongamos un altavoz en las casas
de los que tienen pan y creen gozar la libertad
Metamos la poesía en los discursos de nuestra comunidad de vecinos
Discutamos con ella la derrama del ascensor,
en las reuniones de padres y madres (el AMPA sin hache)
en las colas del banco, del súper, del registro civil, en todas las colas.
Imprimamos octavillas con nuestros cantos
y que las vocee el repartidor de prensa gratuita
¿Para qué editar libros que sólo leeremos nosotros?
¿De qué carajo sirven nuestros versos de guerra
si no hay soldados para empuñarlos?
Nos prohibirán.
Pero también dicen que asegura una ordenanza
que en su artículo 5 c. contempla que
está prohibido pegar publicidad en las farolas y las paredes;
distribuir folletos a la salida del metro,
que los monopatines estropeen el mármol de la plaza de la Virgen
que las bicicletas circulen por las aceras
escupir en la calle, tirar corzas de pipas, que se caguen los perros,
tender la ropa en los balcones, sacudir las alfombras
y decorar las fachadas con banderas o pancartas
y jugar en los parques si tienes más de 13 años.
VI
NOTA DE RECLAMACIONES
Donde dice POESÍA
léase ACCIÓN
Donde dice Poeta,
léase NOSOTROS